Introducción: En los últimos meses el comité ejecutivo ha levantado la pregunta de cómo ayudar a nuestras congregaciones a tratar asuntos éticos y de testimonio que afectan la vida de nuestras comunidades de fe. La sociedad en que vivimos está encaminándose a un liberalismo que está llevando a prácticas inmorales y contra los principios bíblicos, tales como la propagación en los medios de comunicación de tolerar y aceptar el espíritu homosexual, lesbianismo y otros similares.
El desafío para la iglesia es cómo seguir a Jesús, su vida y enseñanzas en medio de esta sociedad que cada vez más se aleja de los principios morales establecidos por Dios.
Nuestro llamado: Como Concilio Iglesias Evangélicas Shalom, confesamos nuestra fe salvadora en Cristo Jesús como nuestro único Señor y buscamos como seguidores de Jesús “despojarnos del viejo hombre” y vestirnos del “nuevo hombre” creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:17-24. Afirmamos nuestra lealtad a Dios en medio de cualquier crisis moral o espiritual, manteniendo los principios bíblicos expresados en los Diez Mandamientos, el Sermón del Monte, y vida y enseñanzas de Jesús. Es nuestra intención obedecer la Palabra de Dios y vivirla en acorde con nuestras convicciones bíblicas/teológicas expresadas en nuestra Confesión de Fe desde una Perspectiva Menonita. Y en medio del liberalismo sexual que se está promoviendo en la sociedad, afirmamos que “la intención de Dios es que el matrimonio sea una pacto entre un hombre y una mujer para toda la vida.” (Confesión de Fe desde una Perspectiva Menonita, 1995, artículo 19).
Nuestro compromiso: Nos comprometemos a vivir santamente (apartados del mal) para que el mundo vea y crea que existe una comunidad alterna donde se puede experimentar la libertad, amor, gracia, paz de Dios y salvación del pecado en Cristo. Por este compromiso buscaremos guardar las normas éticas históricas de la iglesia como guía y ayuda para vivir vidas de santidad.
Nuestro discernimiento y guía: La siguiente lista de prácticas que deben evitarse no es exhaustiva ni pretende parar todos los males de la sociedad. La sociedad contemporánea es cambiante por lo cual la iglesia, guiados por la Escritura, la vida y enseñanza de Jesús, y el Espíritu Santo, deben discernir continúa y sabiamente para no “caer” en prácticas contradictorias al Espíritu de Cristo. Por lo cual esperamos que nuestros supervisores, pastores y líderes enseñen y practiquen las verdades bíblicas fundamentales que desarrollen en nuestros miembros la facultad de discernir entre el bien y el mal, y por supuesto que decidan por el bien.
Debemos evitar las siguientes prácticas:
1. Evitar participar en loterías o juegos de azar, sean legales o ilegales, incluyendo el horóscopo, cartomancia y quiromancia (lectura de manos por supuestos adivinos). Creemos que los resultados de estas prácticas nos alejan de nuestra lealtad a Dios, engañan y dañan a las personas y la sociedad.
2. Evitar participar en bailes sociales pues estos tienden a violar ciertos límites personales y reservas entre los sexos.
3. Evitar participar en festividades paganas que nos alejan de Dios o que promueven un espíritu de maldad, tales como Halloween; desfiles que promueven agendas inmorales o apoyar a personajes como Santa Claus que nos alejan de la verdad bíblica y crean fantasías.
4. Evitar participar en organizaciones de índole secreto y que están bajo juramento. El carácter secreto es opuesto al espíritu cristiano de transparencia y público.
5. Evitar el uso de licor o bebidas alcohólicas, tabaco o cigarros, drogas y substancias controladas. La Escritura y la experiencia humana nos llaman a no ingerir tales cosas por el daño que ocasionan físicamente, a las relaciones humanas, persona, familias y sobre todo a nuestra relación personal con nuestro Señor Jesucristo. Por tal razón la regla cristiana de fe es abstenerse de todo lo que ocasione intoxicación o adicción. Creemos que es pecado abusar de las prescripciones médicas. Debemos cuidarnos de no caer en el abuso o adicción de la medicina que busca ayudar al cuerpo físico. El uso de medicinas no es pecado, su abuso sí lo es.
Una palabra de precaución: Cuidémonos también de las tentaciones a la cual se expone toda persona cuando tiene acceso a las redes sociales, cuidémonos de la pornografía, el acoso sexual, intimidación, hostigamiento (bullying), el abuso psicológico, etc., etc.
Como establecimos al principio, la lista no es exhaustiva para hacer un pare a los males de la sociedad contemporánea, por lo cual es importante que mantengamos claros los siguientes principios bíblicos:
1. Todo lo que hagamos, en palabra o hecho, sea para glorificar a nuestro Dios. Colosenses 3:17
2. Procuremos vivir vidas santas, aplicando las más altas normas morales en nuestro hogar y congregación. Hebreos 12:14-17; I Cor.6:19-20.
3. La libertad cristiana dice: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica,” (I Cor. 10:23) lo cual nos llama a ser maduros en discernir el bien personal y de la hermandad.
Así que hay cosas que pudiéramos hacer pero por conciencia y libertad a nuestros hermanos debemos abstenernos, y para esto se requiere madurez cristiana en discernir y accionar para edificar y no para destruir. Por esta razón cuidemos nuestra libertad cristiana y no abusemos convirtiéndola en libertinaje.
4. Seamos profetas de Dios, testificando en contra de los males sociales, sean estos inmorales o injustos, y llamemos a las personas y pueblos a buscar a Dios y hacer Su voluntad. Hebreos 12:12-13; Mateo 4:17; Hechos 3:19.
Finalmente, quiera el Señor ayudarnos a ser la “Sal y Luz” del mundo (Mateo 5:13-16), testificando del amor de Dios y salvación en Cristo Jesús. Procuremos que nuestras vidas reflejen la nueva vida del nuevo Reino de Dios manifestada por todos aquellos que reclaman a Jesús como Señor y Salvador de sus vidas. ¡Amén!